Actividad para el aula con podcast

La actividad propuesta está pensada para alumnos adultos o jóvenes con un nivel de lengua es el B1/B2.

La actividad tiene como objetivo de ampliar el conocimiento sociocultural de España rural a principios del siglo XIX acercándose a la vida en la vida rural. Los alumnos tendrán que desarrollar su competencia de comprensión auditiva con el objetivo de reconocer el vocabulario a lo largo de la actividad. La actividad comienza escuchando el audio de un fragmento de una novela que narra las memorias de un antiguo soldado gallego durante la Guerra Civil española, en el fragmento se muestra un pasaje de la vida rural en Valencia. Después de la escucha los alumnos tendrán que realizar diferentes ejercicios de comprensión del audio; ejercicios de verdadero y falso, ordenar cronológicamente las frases, rellenar huecos. Se les puede preguntar a los alumnos como era la vida en sus países de origen, etc. Como tarea final se puede pedir a los alumnos que realicen un texto parecido donde describan la vida en su país hace 70 anos y que se graben posteriormente.

Texto del audio

RECUERDOS DE LA GUERRA

Memorias incluidas en “Hontanar de Recuerdos”, de Antonio Álvarez Álvarez (ed. póstuma, Ourense 1989)

La Masía aquella, era una casa de labor con muchas cuadras de ganado. En la parte alta estaban los dormitorios y en el bajo una amplia cocina, con otras dependencias anejas, donde se amasaba el pan o se confeccionaba el queso, luego estaba el corral del ganado vacuno y caballar y debajo de los dormitorios, la cuadra de las ovejas. El acceso a la vivienda y a las cuadras era común. Había un amplio portalón por donde entraba el ganado y la gente a la vez, solamente que aquel ocupaba la parte trasera y los humanos, las primeras dependencias. La cocina, aunque amplia, era muy humosa y allí se hacía la mayor parte de la vida.

… A pesar de lo avanzado de la primavera, aún hacía bastante frío, no en vano son aquellas tierras de alta montaña, por lo cual la cocina estaba encendida casi todo el día. Allí se reunían, como digo, varias familias. En la cocina se desayunaba, se charlaba, se comentaban sucesos de la guerra, se jugaba a las cartas y a veces se discutía. Todos hablaban en valenciano, algunos, sobre todo los niños, no entendían el castellano. Por eso la primera vez que le dirigí unas cariñosas palabras a uno de estos, escapó raudo como una liebre…